Se busca: una perra Pitbull viejita para amar

Gemma the pit bull terrier, smiling with tongue out and wearing red harness
Dicen que todo lo que se necesita es amor, y ciertamente era todo lo que Gemma siempre buscó.
Por Sarah Thornton

Dicen que todo lo que se necesita es amor, y ciertamente era todo lo que Gemma siempre buscó. Se apoyaba con firmeza contra las personas, buscando que le hicieran caricias y le rascaran detrás de las orejas cada vez que tenía la oportunidad. Siempre movía la cola. Sin embargo, debido a una larga lista de necesidades especiales, tanto médicas como de comportamiento, y también su avanzada edad, era difícil encontrarle un hogar. Con casi 10 años de edad, no se sabe con certeza si alguna vez había conocido el amor de una familia o la seguridad de un hogar. Por lo que se sabe, antes de llegar al Santuario para Animales de Best Friends solo había estado en un albergue para animales.

Sin embargo, la situación estaba a punto de cambiar cuando Andrea Robinsong llegó al Santuario con el deseo de adoptar a “una perra pitbull viejita”. Gemma era exactamente lo que Andrea estaba buscando, una unión perfecta.

Los problemas médicos de una perra de edad avanzada

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Gemma estaba a salvo en Best Friends, pero su historial médico seguía creciendo. Tenía un tumor mamario y otro en la barbilla que había que extirpar. Estaba con una dieta especial por sensibilidades alimenticias y padecía de diarrea crónica. Movía la cola con tanta fuerza que se la lastimaba (una afección conocida como “cola feliz”). Tenía problemas dentales. Y cuando Gemma empezó a tener problemas para moverse, se descubrió por medio de una radiografía que la cavidad de la cadera izquierda estaba muy desgastada y tenía un caso grave de artritis en las rodillas, muñecas y dedos.

Los cuidadores tenían que prestar atención a los objetos que estaban en la habitación o en el jardín donde estaba Gemma porque ella intentaba comer cualquier cosa que pudiera poner en su boca, aunque no fuera comida.

El personal veterinario del Santuario hizo todo lo posible para ayudarla: cirugías, medicamentos para el dolor y el comportamiento, y tratamientos terapéuticos regulares para que pudiera sentirse cómoda. A pesar de todo, Gemma nunca perdió su dulce sonrisa.

Por supuesto, su mayor consuelo eran las caricias y los viajes en automóvil con sus amigos humanos. A veces se detenía en las caminatas y se negaba a seguir caminando, pero no le importaba que la recogieran y la llevaran de regreso como una princesa. Le gustaban los otros perros, y hasta llegó a conocer a un gato.

El mayor problema, aparte de los trastornos de salud y de comer cosas que no debía comer, era recibir demasiado estímulo. Cuando se entusiasmaba por la atención que estaba recibiendo, o si estaban sucediendo muchas cosas a su alrededor, a veces saltaba y se aferraba a las personas o a la ropa que llevaban puesta. Simplemente no sabía qué hacer con esas grandes emociones, un comportamiento que afecta a muchos perros en diferentes entornos. Pero aquellos que la conocían mejor sabían que si se instalaba en un hogar tranquilo, su ansiedad desaparecería.Gemma necesitaba un lugar tranquilo y silencioso que pudiera llamar hogar, con una familia que la amara y que le pudiera dar la mayor comodidad posible en sus años dorados. Y eso es exactamente lo que consiguió.

Encontrar la mejor opción

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Andrea había vivido felizmente durante varios años con Bam-bam, el compañero canino que ella había adoptado. Así que, cuando él falleció y Andrea se encontró con el deseo de añadir otro miembro peludo a la familia, ella supo lo que estaba buscando.

“Estaba buscando a un Pitbull viejito”, dijo Andrea, “porque mi último perro fue un Pitbull y lo rescaté cuando ya era anciano. Vivo en un lugar algo aislado, sin vecinos inmediatos, y hace 25 años que vivo aquí. Así que no estaba buscando un perro que me protegiera, sino un perro que me amara y que fuera una compañía para mí en la casa. Ahora realmente quiero un perro conmigo todo el tiempo.”

Andrea, de 74 años de edad, no quería adoptar a un perro joven que pudiera vivir más tiempo que ella (aunque eso nunca se sabe). ¿Por qué no un perro anciano con mucho amor para dar, que pudiera prosperar en un hogar silencioso y apartado? Por supuesto, Gemma formaba parte de la lista de perros que Andrea quería visitar cuando llegara al Santuario. Le atrajo el perfil de Gemma en Internet, que describía lo mucho que Gemma amaba el amor. Y a medida que Andrea supo más detalles de Gemma al hablar con sus cuidadores, se convenció de que Gemma era la perra ideal. Ni siquiera la larga lista de dolencias de Gemma hizo que Andrea cambiara de opinión. Sabía que lo que Gemma más necesitaba era un hogar con muchísimo amor.

Para poder conocerse mutuamente, Andrea y Gemma se quedaron a dormir en el Roadhouse and Mercantile de Best Friends. Los cuidadores le advirtieron a Andrea que Gemma podría intentar comer parte de los muebles y la ropa de cama, o hacer sus necesidades adentro, así que la vigiló de cerca. “Ciertamente se portaba mal, pero, a mi entender, solo tenía miedo”, recuerda Andrea. “Sabía que cuando estuviera en un verdadero hogar y supiera que era amada, ella mejoraría.”

Cuando regresaron al Santuario a la mañana siguiente para oficializar la adopción, había un grupo de cuidadores y voluntarios esperándolos. “Tenían pasteles y sombreritos y una pequeña fiesta de despedida para Gemma”, dice Andrea. “Y me dijeron que todos la querían mucho..., estaban muy agradecidos conmigo por haberla adoptado”.

Gemma se comportó muy bien durante el viaje a casa con Andrea, y apenas llegaron, Gemma sintió que ese era su hogar.

Disfrutando juntas de los años dorados

Desde que Gemma llegó a la casa, Andrea dice que todo ha estado funcionando de maravilla, mejor de lo que se podría haber imaginado. “Al segundo de haber llegado, simplemente se asentó. Nunca intentó romper nada aquí. Al principio, seguía teniendo el comportamiento nervioso de lamer la madera de los gabinetes y las puertas, y cosas por el estilo. Pero después de un tiempo, dejó de hacerlo.”

A pesar de no haber vivido nunca en un hogar, y gracias a que el piso de su nuevo hogar era similar al del Santuario, Gemma aprendió rápidamente que era mejor hacer sus necesidades afuera. Y Andrea pronto comprendió cuando Gemma pedía salir.

Al principio, Gemma estaba un poco insegura con respecto a la situación. Tardó en acercarse a Andrea y se movía arrastrándose por el piso con su patas delanteras. Pero ahora es como una pequeña sombra con manchas. “Paso todo el día abrazándola, besándola y diciéndole lo mucho que la amo”, dice Andrea. “(Pero ahora Gemma) nunca se va de mi lado. Solo quiere estar conmigo.”

Ya no falta el amor en la vida de Gemma. Andrea y las dos mujeres que ayudan a Andrea en la casa la adoran. Y también se está haciendo amiga de otros perros.

“Ella juega de inmediato con cualquier perro que viene aquí”, dice Andrea, “incluyendo a dos de ellos que vienen acompañando a unas personas que me visitan y que son un poco violentos cuando juegan entre ellos. Pero cuando están con Gemma, ambos juegan suavemente con ella.”

Andrea dice que Gemma tiene un juego favorito con uno de sus perros amigos, que no implica mucho movimiento de su parte. Ella se acuesta sobre su espalda y se mordisquean de forma juguetona. “Funciona bastante bien”, dice Andrea, riéndose.

También se siente mejor que nunca. Andrea comenta que en la casa, Gemma no mastica ni come nada que no debería, y ya no tiene diarrea crónica. Tiene una cama ortopédica en la que puede moverse y dormir boca arriba, y el comportamiento ansioso y desbordado que tenía desapareció por completo.

“Puede vivir libremente aquí”, dice Andrea. “Es un lugar maravilloso para los perros, es todo césped y a ella le encanta rodar, rascarse la espalda y acostarse en el césped. Se acuesta al sol hasta quemarse. Luego se acuesta a la sombra y luego vuelve a acostarse al sol. Está haciendo todo lo que hacen los perros.”

“No puedo imaginar que ella pudiera estar mejor de lo que está”, concluye. “Todo fue cuestión de amor. Definitivamente esto fue cuestión de dar amor y salvar a una perra viejita.”

Encontrar amor

Los albergues de todo el país están repletos de mascotas como Gemma, que están esperando a esa persona especial a quien amar.