En un mundo donde demasiados perros y gatos son desplazados de sus hogares o nunca tienen uno propio, queríamos marcar la diferencia. Creemos firmemente que fomentar, en lugar de albergar la vida, es la clave de esa diferencia. Tenemos la suerte de poder decir que cada una de las mascotas a nuestro cuidado es evaluada y atendida individualmente por un veterinario local bien establecido. Luego, los bebés peludos se instalan en un hogar de acogida amoroso y experimentado, lo que garantiza que tengan la mejor oportunidad posible de encontrar su hogar definitivo. Sabemos que no podemos salvarlos a todos. Nuestro objetivo es brindar una calidad de vida que enfatice el amor, la salud, la confianza y la felicidad a cada mascota que ingresa a nuestro programa, con el objetivo final de ser una segunda oportunidad de tener un hogar para siempre.